martes, 6 de enero de 2015

El secreto de la verdadera felicidad por Harvey Newcomb


El secreto de la verdadera felicidad yace en una cordial conformidad a la voluntad de Dios. Es dulce descansar en Su mano ¡y no conocer otra voluntad sino la de Él!.

La doctrina de una “particular providencia” es preciosa para el corazón del cristiano. Esta le permite ver la mano de Dios en cada suceso. Por eso la pecaminosidad de una queja, descontento, temperamento no sumiso. Es difícil conciliar la indulgencia habitual de una disposición pecadora con la existencia de la gracia en el corazón. La primera emoción en el alma de un nacido de nuevo es la sumisión a la voluntad de Dios.

Somos propensos a perder de vista la “mano de Dios” en las pequeñas dificultades las cuales ocurren cada día, y mirando solo los “motivos secundarias” a menudo hacemos lo mismo en asuntos mas importantes. Cuando somos heridos o insultados por otros, estamos dispuestos a murmurar y quejarnos, y dar rienda suelta a nuestra indignación contras las causas inmediatas de nuestra angustia; olvidando que estos son solo “instrumentos que Dios emplea” para probar nuestra fe, o castigar nuestros pecados.

En esta doctrina de la agencia secreta de la Providencia divina, tenemos el mas fuerte motivo para el corazón y una alegre resignación ante todos los problemas y dificultades, pruebas y aflicciones, las cuales viene sobre nosotros en esta vida, cualquiera sea la causa inmediata de ellas. Sabemos que estas son dirigidas por nuestro Padre celestial, cuyas “misericordias están en todas sus obras” y quien “no aflige ni entristece por gusto propio a los hijos de los hombres”.

Cualquiera pueda ser nuestra aflicción, mientras estemos fuera del infierno, tenemos momentos de su gracia. ¿Porque el hombre es una queja viviente, un hombre para el castigo de sus pecados?

Nosotros estamos seguros “sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” las aflicciones de esta vida, son las fieles correcciones de un amable y tierno Padre. “"Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo”. “¿Cómo consolar el pensamiento de que todos nuestros sufrimientos están diseñados para mortificar y someter nuestras corrupciones, para desconectarnos del mundo, y nos llevan a un sentido más humilde y constante de dependencia de Dios! ¡Qué ingratos para un hijo de Dios quejarnos ante los tratos de tal Padre tierno y fiel!

Dios nos dará todo lo que ve que es lo mejor para nosotros. Y sin duda debemos estar satisfechos con esto, porque El que ve el fin desde el principio, debe saber mucho mejor lo que es para nuestro bien. Es nuestro deber mantener un espíritu contento y animado en todas las situaciones de la vida. Si Dios dirige todos nuestros caminos y nos ha prometido dar sólo lo que ve que necesitamos, sin duda debe quedar satisfecho con lo que tenemos, porque sabemos que es justo lo que el Señor en su infinita sabiduría y bondad sin límites, considere oportuno darnos.

—Harvey Newcomb

Tomado de la "Guía de la joven para el Desarrollo Armónico del carácter cristiano” (1843)

Traducción: gustavo Morel

Este breve articulo lo traduje hace un año aproximadamente para la pagina "Heraldos del Evangelio" en ese entonces hoy "Soldados de Jesucristo". Espero les sea de bendición en este día.

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